Nuevo conflicto entre Uruguay y Argentina por “Botnia”

 

UPM

 

 

 

 

Esta semana, Argentina y Uruguay comenzaron a transitar un nuevo capítulo del conflicto bilateral por la planta de celulosa UPM (ex Botnia), radicada en la ciudad de Fray Bentos, sobre el Rio Uruguay. Este nuevo capítulo, se debió a la autorización de Montevideo para que la planta aumente su producción un 10 %. No es noticia, que la producción de celulosa por parte de  Uruguay es una política de estado. El estado oriental, tiene como objetivo de desarrollo industrial de su costa occidental, sobre el Rio Uruguay (rio que sirve como límite con la Republica Argentina y que está sujeto al Estatuto del Rio Uruguay firmado por ambos países en 1975), mientras que su costa atlántica, se concentra exclusivamente al desarrollo turístico, de la “Uruguay Natural”.

El conflicto de ambos países se originó en el 2003, cuando el gobierno de Uruguay autorizó la construcción de dos plantas de celulosas en la ciudad de Fray Bentos (finalmente se termina construyendo una solo, “Botnia”), sobre la orilla del Rio Uruguay, frente a Argentina. Los habitantes de la ciudad argentina de Gualeguaychú, ciudad turística a pocos kilómetros del Rio Uruguay y las más afectada por la instalación de dichas plantas; se levantó en protestas, cortando el paso del puente internacional. Durante esos años, entre un ir y venir de cuestiones políticas, y tras la presiones de los pobladores de Gualeguaychú, el gobierno argentino recurrió a la Corte Internacional de La Haya, acusando a su vecino de violación al Estatuto del Rio Uruguay. La Corte Internacional de La Haya rechazó el 13 de julio de 2006, por 14 votos contra 1 las medidas provisionales solicitadas por Argentina de suspender la construcción de las plantas de celulosa.

La comunicación oficial de la Corte Internacional de Justicia dice:

  • Sobre la suspensión de las autorizaciones para construir las plantas y de los trabajos de construcción mismos:

Con respecto a la primera sección del requerimiento de Argentina (…) Argentina no ha presentado al presente evidencia que sugiera que alguna contaminación resultante pueda tener el carácter de causar daño irreparable al río. En todo caso la amenaza de tal contaminación no es inminente en tanto que no se espera que las plantas sean operacionales antes de agosto de 2007 en un caso y junio de 2008 en el otro (…) La Corte, de todos modos, pone en claro que, procediendo con las obras, Uruguay “necesariamente asume todos los riesgos relacionados con cualquier constatación de los cuestiones de fondo que la Corte pueda realizar en el futuro” y que la construcción de las plantas en los lugares actuales no puede ser utilizado para crear un hecho consumado.

  • Sobre una orden requiriendo a Uruguay cooperar de buena fe con Argentina y asegurar que la disputa no se vea agravada:

La Corte luego atiende la segunda sección del requerimiento de Argentina (..) pero, desde que Uruguay, hablando a través de su Agente en la conclusión de las audiencias, reiteró “su intención de cumplir en un todo con el Estatuto del Río Uruguay de 1975” y, como prueba de esa intención, ofreció “realizar… continuos monitoreos conjuntos” con Argentina, la Corte no considera que exista base para indicar las restantes medidas provisionales requeridas por Argentina.

  • Advertencia sobre el hecho que la Corte no se ha expedido sobre las cuestiones de fondo:

La Corte concluye que nada en esta decisión prejuzga la cuestión de su jurisdicción para decidir sobre las cuestiones de fondo del caso o cualquier cuestión relacionada con la admisibilidad de la demanda o de las cuestiones de fondo en sí mismas. La decisión tampoco afecta el derecho de Argentina de presentar nuevos requerimientos para indicar medidas provisionales basadas en nuevos hechos.

El 20 de abril de 2010 el Tribunal Internacional de La Haya dictó la sentencia, que es definitiva e inapelable. La cláusula operativa de fallo está integrada por tres párrafos, que se transcriben textualmente a continuación:

La Corte:

  1. Encuentra que Uruguay ha incumplido sus obligaciones procesales impuestas por los artículos 7 a 12 del Estatuto del Río Uruguay de 1975 y que la declaración por la Corte de este incumplimiento constituye una satisfacción apropiada. (13 votos a favor, 1 en contra).
  2. Encuentra que Uruguay no ha incumplido sus obligaciones sustanciales impuestas por los artículos 35, 36 y 41 del Estatuto del Río Uruguay de 1975. (11 votos a favor, 3 en contra).
  3. Rechaza todas las demás pretensiones de las partes. (Unanimidad).

La autorización del incremento de producción de la planta de celulosa por parte del gobierno uruguayo, reavivo la tensión entre ambos países. A pesar de la reunión bilateral celebrada por los mandatorios, Argentina resolvió acusar a su vecino, de nuevo, en el Tribunal Internacional de La Haya. El Presidente “Pepe” Mujica, considero la medida argentina, “como un puñal en la espalda”. El 2 de octubre, el Canciller argentino, Héctor Timerman, con su estilo poco inteligente y poco diplomático que lo caracteriza, declaró en una conferencia de prensa:

“…La Argentina lamenta que los intereses de UPM sean tan poderosos para convertirse en el factor que determina la relación entre Uruguay y la Argentina. De la misma forma que nos hemos opuesto al accionar de los fondos buitres, también impediremos ser doblegados por una empresa internacional”

En esa misma conferencia de prensa, el Canciller difundió datos realizados por científicos argentinos sobre el impacto ambiental de la Planta de Celulosa UPM (ExBotnia). La respuesta del gobierno uruguayo no se hizo esperar, acusando al gobierno argentino de no dejarle “espacio político” para una negociación, ya que Argentina había resuelto ir directamente a La Haya; acusó a Timerman  de “utilizar los números” de los informes para dar una impresión “terrorífica” sobre la actividad de UPM. Mujica recordó que Timerman señaló que frente a la planta de UPM se encontró Endosulfán, un agroquímico peligroso para la salud, prohibido en Uruguay por el propio Mujica cuando era ministro de Ganadería, Agricultura y Pesca. “Lo que no dijo el canciller es que del lado de Gualeguaychú (ciudad argentina frente a UPM) se encontró más de diez veces de Endosulfán que de este lado del río”, afirmó el presidente. Apuntó que el canciller argentino usó los datos de modo equívoco “para dar una idea irreversible y terrorífica”, aprovechándose de “que la gente no tiene ni idea” de esas cuestiones técnicas. Respecto a la afirmación de Timerman de que hay cromo en los vertidos de UPM, Mujica señaló que ese producto “no tiene nada que ver con la madera. El cromo se utiliza en la industria del cuero y debe venir de por allá arriba, y así sucesivamente. Hay que informar mejor a la gente para que tenga idea”. Sobre el exceso de fósforo, el presidente uruguayo señaló que ese producto se encuentra a lo largo de todo el curso del río y se principal origen es “la ganadería extensiva”.

“Esperamos que haya una reflexión de parte del gobierno uruguayo y se deje sin efecto la medida, y sigamos conversando”, reclamó el ministro de Relaciones Exteriores argentino. Timerman rechazó además los planteos del dirigente socialista uruguayo Enrique Rivero, quien en las redes sociales afirmó que Mujica comentó en una comida: “Genera más fósforo el dique de mi chacra que la planta de UPM”. “Si la laguna de su chacra tiene más fósforo, ¿por qué le va a exigir a Botnia que baje el nivel de fósforo? ¿Por qué no se preocupa por su chacra? Debe ser una chacra bastante importante porque el nivel de fósforo es importante”, refutó el canciller, de nuevo en su tono tan poco diplomático (ya hoy en día habría que preguntarle de que sirve este Canciller).

El ministro de Relaciones Exteriores de Uruguay, Luis Almagro, aseguró que su país cumplió con el estatuto del Río Uruguay y el fallo de La Haya para habilitar el aumento de producción de UPM (ex Botnia), informando a la República Argentina sobre el mismo. Según el Presidente Mujica, la nueva tensión entre ambos países, se debe al proceso electoral que se está llevando a cabo en Argentina para la renovación del Poder Legislativo, donde el partido de la Presidente Cristian Fernández de Kirchner se dirigiría a su mayor derrota. La respuesta de la Presidente argentina no se hizo esperar, y en un acto proselitista declaro que es “terca” (parafraseando el exabrupto de Pepe Mujica a principio de años que la llamo “vieja terca”) para defender los intereses argentinos. Según el portal de digital de noticias, La Política Online, este nuevo conflicto con Uruguay se da en el marco de lanzar al gobernador de la provincia argentina de Entre Ríos (donde se encuentra la ciudad de Gualeguaychú), Sergio Urribarri, como sucesor de la Presidente Cristina Fernández de Kirchner, tras su imposibilidad constitucional de ser relegida para un tercer mandato. Efectivamente el leal gobernador entrerriano estuvo presente en la conferencia de prensa brindada por el Canciller el pasado miércoles, donde informó que denunciará a Uruguay a la Corte de La Haya. Uno de las características del gobierno de los Kirchner es la concentración del poder en manos del matrimonio presidencial. La sensación en la política argentina actual, es que el kirchnerismo se enfrenta a una derrota en las elecciones legislativas, frente a la nueva estrella del peronismo, partido que pertenece el kirchnerismo, Sergio Massa. Al perder la mayoría en el Congreso Nacional, la idea soñada del arco más extremista del oficialismo de impulsar una reforma constitucional para una “Cristina Eterna”, quedó trunca.  La jugada del oficialismo, según algunos, es poner a un candidato que tenga chances de pelear las presidenciales en 2016, pero que sea un fiel kirchnerista, para que Cristina siga gobernando desde las sombras. Si bien, estos son solo versiones periodísticas, de las cuales no sabemos que llegaría ser verdad, lo cierto es que la lógica de construcción de poder del kirchnerismo es la confrontación constante. Desde que Néstor Kirchner subió al poder, se impuso en la política argentina el concepto “amigo-enemigo”, basado que el Gobierno (amigo) es el único que interpreta al pueblo argentino, nacional y popular, y todo aquel que se oponga, critique, tengo un pensamiento independiente, alternativo, etc, es “enemigo” del Gobierno, y de los argentinos. Los Kirchner utilizaron siempre la confrontación para sus batallas políticas. La idea del que el conflicto existe en una sociedad, por ser tal, y el mismo, se solucionan y se supera dentro del diálogo y la negociación que se puede dar en el marco de una república, no quepa en la lógica kirchnerista. Confrontar, y multiplicar esa confrontación por todos los medios adictos al gobierno y en Cadena Nacional, levantando la bandera de “defender” los intereses “nacionales y populares”, traccionaría una base popular para sustentar el poder del kirchnerismo. Esa idea de la confrontación constante, es llevada también en la política exterior, donde el inepto actual Canciller la ejecuta perfectamente. Si la diplomacia es el arte de las relaciones exteriores, esto no es justamente lo que el gobierno, principalmente de Cristina Fernández de Kirchner, haya hecho honor. En efecto, para poner un ejemplo, entre todos los países que comparten frontera con la República Argentina, con el único que no tuvo un roce diplomático, fue con Bolivia. Argentina tiene una relación tensa con sus vecinos, que muchas veces se trata de disimular. Aun con aquellos que comparte en mismo espacio ideológico. En el plano sudamericano, el gobierno de Fernández de Kirchner, solo tiene excelentes relaciones sin roces diplomáticos, aparte de Bolivia, con la Venezuela de Chávez y el Ecuador de Correa. Llama la atención que de la noche a la mañana, Argentina se enfrenta nuevamente con Uruguay.

El sábado 5 de octubre, los asambleístas de Gualeguaychú, ciudad afectada por la contaminación de UPM, realizaron una caravana con el fin de ingresas al país vecino y entregarles un petitorio a las autoridades de la ciudad uruguaya de Fray Bentos , “exigiéndoles” el cierre y traslado de la planta. La caravana se vio frustrada ante el importante operativo de la Prefectura y Armada uruguaya en el puente internacional, que le impidió el ingreso al país. Según trascendió en los medios, Uruguay solo dejaría entrar a su territorio, unos 15 manifestantes argentinos. La lógica de los asambleístas entrerrianos era “todos o ninguno”, así que no entró ninguno. Igualmente, los asambleístas leyeron un documento crítico al Presidente de la República Oriental del Uruguay, Pepe Mujica, y al gobierno argentino, por haber reaccionado tarde a los índices de contaminación que presentaría el Rio Uruguay.

Poco antes de que comience la manifestación, el gobierno de Entre Ríos emitió un comunicado en el que sostiene que el incremento productivo permitido por Uruguay “en verdad reconoce niveles de producción ya alcanzados, por encima del tope legal”. Y citando registros aduaneros del propio Uruguay indicó que la planta de UPM se excedió en 50.597 toneladas en 2009; 97.407 en 2010; 96.880 en 2011; 88.124 en 2012, y 74.410 toneladas hasta septiembre de 2013.

El tema ambiental sobre el Río Uruguay es de suma importancia para la sociedad argentina, por eso, pero no deja de sorprender como el conflicto se profundizó tan rápidamente en los últimos días, con un país, considerado hermano.